Dentro de la rica historia futbolística del club porteño, tenemos un memorable partido que se realizó en el Estadio Nacional, el día 29 de Setiembre de 1957, dando el pitazo inicial a las 3:30 de la tarde, el arbitro inglés Walter Muller.
Era la fecha Nº 9, donde se enfrentaron el Atlético Chalaco contra el equipo del Alianza Lima, el club porteño supo encontrar la forma más simple para llegar al arco de Clemente Velasquez y batirlo por cinco veces, una de ellas de penal, mientras que su portería sólo caía en una oportunidad debido, más que a méritos de la delantera aliancista, a una garrafal falla del portero paraguayo Adolfo Riquelme.
La formula ofensiva del Chalaco se basó en la penetración por el centro donde Guillermo Delgado se vio abandonado ante la defección de los volantes Carlos Lazón y Dagoberto Lavalle que estuvieron en una tarde negra. Penetrando así a voluntad, el trio central chalaco rebalzó en más de una oportunidad a Delgado, que se vio obligado a salir de su área, sin tener quien cubriera sus espaldas; ya que Teobaldo Guzman, que intento hacerlo, demostró ser demasiado lento para la tarea. Así fueron viniendo los goles que sellaron la más abultada derrota del cuadro intimo en la que va del Campeonato.
En realidad, el cuadro de La Victoria, en el que reaparecía Barbadillo, estuvo sólo 10 minutos en la cancha. Y en ese lapso dio la impresión de que ganaría por abultado score, ya que a los 2, 6 y 10 minutos, Barbadillo, en dos oportunidades, y Roberto "Chupon" Castillo, fallaron goles hechos al encontrarse solos frente a Riquelme y fallar el remate final.
Hasta esos momentos, Lazón y Lavalle, posesionados del mediocampo empujaron bien a sus ágiles abriendo juiciosamente el juego a los extremos, Felix Castillo y Oscar Gomez Sánchez, a quienes Ugaz y Flores eran incapaces de controlar.
Pero a partir de los 10 minutos, Chalaco empezó a emparejar las acciones y la creación de Bartoli, que sería decisiva en el resultado del encuentro, empezó a dar sus frutos. Chalaco jugando de contragolpe creó varias situaciones de peligro y se comenzó a notar la defección de la media volante aliancista y la lentitud de Teobaldo Guzmán. Justamente por su lado, Montoya luego de una jugada enredada en el área intima, se halló en posesión del esférico y con un tiro alto y cruzado, que penetró por la esquina izquierda, venciendo por primera vez la valla de Clemente Velasquez. Se llevaban jugados 25' de la primera etapa.
Al reiniciarse las acciones, pocos eran los que podían suponer que el match terminaría en una goleada. La etapa inicial pese a haber indicado en las cifras una ventaja de Atlético Chalaco, no había reflejado en el juego una neta superioridad del conjunto porteño y, por los minutos iniciales de Alianza, señalaba un guarismo injusto.
Pero en la parte complementaria el naufragio de la media volante aliancista fue total. Perdidos en el terreno, Lazón y Lavalle, no ayudaron a su extrema defensa, ni alimentaron a su ataque, diluyéndose su accionar en un ir y venir constante correteando a sus rivales sin acertar con la jugada precisa.
Por su parte, la delantera blanquiazul, huérfana de apoyo fue incapaz de superar a la defensa chalaca en la que Ugaz y Flores se recuperaron al esperar la entrada de los punteros aliancistas, en el linde del área, en vez de salir a buscarlos propiciando así su fácil exclusión. Bartoli, un gigante del mediocampo, impuso su calidad y los goles chalacos.
Fue así, que a los 5' del segundo tiempo, Guevara y Rosasco penetraron por el centro y al salir Delgado al encuentro del interior izquierdo, éste cambió hacia el centro delantero que avanzó solo un corto trecho para fusilar a Velasquez con un tiro bajo y cruzado.
Cuatro minutos más tarde, Teobaldo Guzmán, apremiado por una rápida entrada de René Garcia, cedía corner, el que ejecutado por Montoya, sobraba a la defensa aliancista y caía sobre el lado opuesto del área, donde apareció como un bólido Segundo Guevara que de formidable cabezazo señalaba la tercera caía del arco victoriano.
El equipo aliancista reacciono, y a los 10' de juego, Felix Castillo, penetró por su ala y sobre la marcación de Flores dirigió un potente remate que sacó astillas al horizontal y un minuto después, el mismo Felix, cobraba un foul a 40 metros de la valla chalaca con un tiro suave y bombeado. Riquelme se elevó con más estilo que seguridad y la pelota se escurrió entre sus dedos cayendo a sus espaldas con posibilidades de introducirse en la valla desguarnecida. Reaccionó Riquelme con ágil media vuelta y voló en procura del balón en momentos que Cruz pretendía despejar el peligro de "chalaca". Se estorbaron ambos y la pelota picando fue empujada por Joya, señalando el tanto de honor aliancista.
Fue después de este golpe, en que el Chalaco se posesionó de la cancha, y en los últimos treinta minutos hizo los méritos necesarios para que el score final no pareciera exagerado.
El team porteño volvió a encontrar el camino del gol por un tiro penal, a los 25' del segundo tiempo. La pena máxima fue cobrada con justicia por el arbitro inglés, al agarrar Teobaldo Guzmán a Guevara, dentro del área de penal, cuando el peligroso delantero porteño lo había superado en velocidad y se aprestaba a vencer nuevamente a Clemente Velasquez. El tiro de los 12 pasos fue ejecutado por Montoya, que dejó sin chance al arquero de Alianza.
Nuevamente se vio perforada la valla blanquiazul, a los 39' del segundo tiempo, cuando Pablo Castillo, advirtiendo al arquero salido, le bombeó la pelota desde una 30 metros, decretando el marcador final de 5 a 1.
Así termino el partido, dejando como justo ganador al equipo porteño, donde la figura del partido fue el jugador Sabino Bartoli.
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